Ángel Vázquez Hernández
El aula sin pizarra
3 de Enero de 2016
-Pues esto del ABP parece interesante. Podría servir para motivar a nuestros alumnos.
-¿ABP?
-Aprendizaje Basado en Proyectos. Se trata de implicar a los alumnos en la realización de un trabajo interdisciplinar que...
-¿Interdisciplinar? ¿Quieres decir que afectaría a varias áreas?
-Si. Esa es la idea. Si realizamos un estudio sobre hábitos
alimenticios podríamos utilizarlo, por ejemplo, en matemáticas,
ciencias de la naturaleza, educación física, inglés, lengua...
-Mmm... ya veo por donde vas, pero ya vamos escasos de tiempo y no
vamos a poder dar toda la programación ¿Quieres añadir más
contenidos?
-En realidad, si lo hiciéramos bien, podríamos impartir toda la
programación actual a través de proyectos así, y no habría
problemas. Además, como iba diciendo, probablemente mejoraría la
motivación de los alumnos y...
-Pero eso ya no daría tiempo a hacerlo este curso: habría que
reordenarlo todo, hacer nuevas programaciones, entregarlas a
principios de curso, etc. Tendríamos que organizarlo ahora para
dejarlo listo para el próximo curso.
-Si, claro.
-Pero ni tú ni yo tenemos claro donde vamos a estar el curso que
viene. De hecho ya he tenido suerte de que este año me hayan dado
una interinidad por todo el curso: el curso pasado trabajé en tres
centros distintos. El año que viene ya veremos.
-Sí: es que así no hay manera.
-Pues seguiremos haciendo lo mismo que ahora.
-Ya. Eso me temo. Además el año que viene habrá oposiciones, así
que no vamos a tener tiempo para experimentos. Bastante tenemos
encima con lo de que ahora tenemos que saber inglés...
-...e informática: que no se te olvide la informática.
-¡Acabamos! Yo todavía no sé como se usa la pizarra digital nueva.
El año pasado nos pusieron una que funciona más o menos bien, nos
dieron un minicurso de una tarde para aprender a usarla y ahora nos
instalan otras dos de otro modelo distinto.
-Encima yo no se instalar el programa de la pizarra en mi ordenador.
Así que en casa no puedo preparar nada para la pizarra digital.
-Es que no puedes instalarlo. Bueno, sí puedes, pero sólo la
versión de prueba que dura un mes. Para la versión buena necesitas
el número de serie de la pizarra que vayas a usar o yo que sé...
-Nada, lo dicho, que seguiremos haciendo lo de siempre: con la
pizarra de tiza.
-Eso si no se la llevan, porque las últimas pizarras digitales son
enormes. Menos mal que nos han dejado conservar las pizarras
antiguas, pero al paso que vamos...
-Pues a ver que hacemos cuando se lleven las pizarras antiguas y solo
tengamos las digitales. Las pizarras blancas se ven de pena: se
ensucian enseguida, y los rotuladores tampoco es que duren mucho.
-Mal vamos.
-Eso me temo.
-¿Y el TIC que opina de todo esto?
-¿El TIC? Ese está más quemado que el picón. Con una hora que
tiene a la semana para hacer sus funciones no da abasto. Encima la
consejería convocó una reunión con los TICs el mes pasado y nadie
le avisó.
-Buf... Así nos va.
Pues sí: así nos va. Quiero pensar que la legislatura que acaba de comenzar, si no se clausura antes de tiempo, puede ser una oportunidad para repensar todo el sistema educativo. No se trata de una mera cuestión de presupuestos, ni de discutir sobre si tal o cual asignatura debería impartirse o no, o sobre si debería haber más horas de clase de una asignatura y menos de otra: se trata de preguntarnos si lo que estamos haciendo ahora tiene sentido.
Vivimos una época en la que se están cuestionando cosas que, hasta
hace poco, eran incuestionables. Frente a quienes buscan la
reindustrialización de la economía hay quienes buscan una
alternativa en el comercio y los servicios, frente a quienes buscan
el crecimiento económico hay quienes hablan de reducir el consumo
para adaptarse al decrecimiento, frente a quienes buscan el
crecimiento del empleo hay quienes piden una reducción de la jornada
laboral, frente a quienes prometen el empleo asegurado hay quienes
proclaman el derecho a una Renta Básica Universal, frente a quienes
quieren privatizar el conocimiento están quienes quieren liberar la
información.
¿Y cómo afecta esta incertidumbre al modelo educativo? Pues de
momento no le ha afectado: practicando una negación de la realidad
se pretende seguir como si nada estuviese cambiando. Un modelo
educativo propio de la revolución industrial pretende sobrevivir en
la era posindustrial. Es un sinsentido absoluto. Simplemente se ha
emprendido una huida hacia adelante haciendo más de lo de siempre:
más tecnología, más burocracia, más documentación, más
terminología, más de lo mismo.
A lo mejor deberíamos reconectar con las ideas de Dewey, Montessori
y Kilpatrick. Tengo la sensación de que nos perdimos hace tiempo y
no sabemos ni a donde queremos ir. Deberíamos pararnos un poco a
pensar.
Quizá sea la hora de hackear el sistema, antes de que el aula se
quede sin pizarra. 
Documento también disponible para su descarga en Dropbox.